21 enero 2007

Los lunes al sol

Hace ya más de una semana apareció un cadáver en Vigo, flotando sobre las aguas del muelle de Bouzas. Era de un hombre que se había perdido a sí mismo. Le llamaban Tito. Fue uno de esos obreros que tan bien retrató Fernando León en Los lunes al sol. En el 89 cerró el astillero en el que trabajaba, Ascón. Cobró una indemnización de cuatro millones de las pesetas de entonces y dejó de vivir. Porque para Tito sólo su trabajo daba sentido a su vida. Durante las grandes huelgas del metal, cuando los sindicalistas terminaban de hablar, él subía a arengar a sus compañeros, pidiéndoles que no se rindiesen. Pero él se rindió con rapidez. Los últimos tres años los pasó viviendo en una barca en el muelle de Bouzas, bebiendo demasiado. Los que le conocen dicen que su familia le abandonó, que ni siquiera después de muerto quisieron hacerse cargo de él. ¿Cuántas historias como la de Tito hemos dejado de saber porque sus protagonistas siguen vivos? Quizá ese sin techo que te cruzas cada mañana al ir a trabajar tuvo una vida como la tuya y la perdió de pronto, casi sin darse cuenta. Quizá mañana la vida nos arrastre a nosotros, quién sabe. No seamos excesivamente crueles juzgando a los demás.

4 Comments:

Anónimo said...

Esto si que hace PENSAR. Sin duda somos injustos... con nosotros mismos (a fin de cuentas). Nunca sabes que pasará mañana, y basta que te laguen a la calle con 40 tacos para no encontrar trabajo... de nada. Muy buena esta entrada. Gracias!...

(la he leído tarde)

Desesperada said...

la historia de este señor me dio muchísima pena, porque creo que cualquiera de nosotros, en un momento dado, podría haber terminado así, no?

Buscando said...

¡Vaya temazo! En estas situaciones es cuando conoces a quién tienes alrededor, ya ves, cuando todo va bien, todos somos muy majos; pero en las vacas flacas, ves el verdadero rostro de la peña. Pobre hombre, se tuvo que sentir muy solo.

Desesperada said...

es una historia muy triste, sí, la verdad es que mientras la hacía me llegó al corazón, y no siempre pasa en nuestra profesión...