La sorpresa de Dante

Mientras trabajaban en un altar de la Basílica de San Francisco de Buenos Aires, un grupo de restauradores encontró una caja escondida dentro de una figura de Dante. Al abrirla descubrieron que la había depositado allí el escultor de la estatua, nada más y nada menos que en 1908. Dentro había una carta, una nota de un periódico argentino de esa época, otra de uno austríaco y monedas de cobre, informa El País. "Yo saludo a quien encuentre estos escritos", escribió Voegele, el artista. Todos hemos enterrado alguna caja en nuestra niñez con nuestros más preciados tesoros, confiando en que, años después, alguien la encuentre. Es como buscar un hueco en el infinito, crear una posteridad ad hoc para tus sueños. Los de Voegele se pasean hoy por todos los periódicos. Objetivo cumplido.