Va por nosotros

Hoy el Celta ha bajado a Segunda División. Ganamos nuestro partido, pero Betis y Athletic también los suyos. Cuando terminó todo, después de quince minutos terribles, con un campo lleno en completo silencio desde el primer gol del Betis, la afición se dividió. Una parte abucheó a los jugadores. La mayoría les aplaudió. Yo me marché. Escuchando mientras bajaba a la calle a mucha gente quejarse de que el Racing perdiese. Me parece indigno quejarse de semejante cosa mientras aplaudes a los tíos que en realidad tienen la culpa de que los sueños de miles de aficionados se estrellasen esta tarde contra el césped de Balaídos. Porque esos tíos, que cobran cientos de millones, se han pasado el año tocándose los cojones, sí, los cojones. Hoy en el campo sólo había un puñado de jugadores a los que le estaba doliendo de verdad el descenso. Gustavo López, argentino de nacimiento y vigués de adopción, y los canteranos Borja Oubiña, Jonathan Aspas y Jonathan Vila seguramente están ahora mismo tan tristes como yo. Incluso más. El resto, no nos engañemos, ficharán por clubs de primera y no recordarán Vigo más que por el marisco. Ya sé que el fútbol es así. Ya sé todo lo que me váis a decir. Pero para descender a Segunda no necesitábamos a Nené ni a Baiano, nos hubiese bastado con la cantera. Pues que apuesten por ella de una vez.

P.S. Mis condolencias a la afición de la Real Sociedad. Sé exactamente cómo se siente.