28 junio 2007

Pequeñas cosas

No sé si es por la falta de sueño, por el estrés de una semana sin coche al descubrir que es casi imposible llegar a mi casa sin él, por la acumulación de trabajo... No sé bien porqué, pero he leído la prensa y nada me ha llamado la atención. Me ha parecido estar ante las mismas noticias que ayer, las mismas de la semana pasada. Como si en todo el planeta se repitiese la actualidad, cambiando solamente los nombres y los sitios. Si el mundo no cambia por sí mismo, seguramente tendremos nosotros la obligación de cambiarlo, de intentarlo al menos, pero me temo que nadie sabe por dónde empezar. Hablamos con ligereza de guerras lejanas, de muertes sin sentido, de odios enquistados. Pero en nuestro pequeño mundo somos capaces de detestar al que tenemos al lado por los motivos más nimios, sin pararnos a pensar que si fuésemos dos países estaríamos en guerra. Somos capaces de seguir con nuestras vidas aunque la vida del que tenemos al lado esté tocando fondo. Es posible convertir a cualquiera en adversario simplemente porque vota a otro partido político. Y, aún así, nos creemos capacitados para juzgar al resto del mundo. Quizá para cambiarlo bastaría con cambiar primero esas pequeñas cosas. Soportar con más paciencia al plasta de la oficina, a la compañera envidiosa, al amigo dependiente, a la pareja maniática. Contar hasta diez antes de insultar al conductor que se despista y se confunde de carril. Escuchar a tu madre aunque te llame tres veces al día para darte consejos que no has pedido. Vivir. Y dejar vivir. Simplemente.

30 Comments:

Anónimo said...

Nada bueno nos trae la prensa. El policia mejicano (creo) que obligó a su hijo a que le disparase mortalmente en el pecho. O a la familia vallisoletana (creo) en la cual el padre mató a cuchilladas a la hija, para ser atravesado después por la catana a manos del hijo...
En fin, todo malas noticias, y Calderón con el culo al aire en tele 5; y Capello fuera del Madrid... Y nuestro queridísimo gobierno que no reconoce la guerra donde hay guerra... Y ETA que lejos de ceder, sigue robando para armarse... En fin, nada bueno, nada salvo que ya he terminao los exámenes y comienzo este verano, que es como un invierno pero con caló... vamos que os deseo unas buenas vacaciones (los que las tengan).

Shiba said...

Te veo más filósofa que de costumbre hoy, Mujer Desesperada...

Pero tienes toda la razón con eso de que se empieza por las pequeñas cosas...

Mariano Zurdo said...

Las pequeñas cosas... Tan importantes para ser la base de una de las canciones más bonitas de la historia (para mí, claro) y tan cercanas que parece que no las vemos...
Me apunto a tu consejo, Desesperada. Quizás actuando en nuestro pequeño círculo tengamos cierta influencia.

Anónimo said...

Deseperada, estoy siempre tan de acuerdo contigo, que ¡ hasta me resulta difícil comentar!

juan rafael said...

Sólo hay desgracias, y pelearse por un partido político me parece soberana tontería a no ser que eso te dé de comer.

Desesperada said...

bueno, quizá si todos hacemos cosas pequeñitas cambiemos el mundo, no?

::mer:: said...

pues si, pues si. Gracias por recordarmelo. Hoy me habia levantado en contra del mundo pero ya me he puesto de su lado!

gracias!

Desesperada said...

me alegro mer! muchas gracias, me has alegrado el día si con este comentario he conseguido ese cambio!

Anónimo said...

Cuando las noticias empiezan a repetirse en la prensa es porque ya ha llegado el verano. Buena época para cambiar esas pqueñas cosas que nombras.

Desesperada said...

bueno, en realidad no quería decir que fuesen repetidas, sino que a mí me suenan repetidas, je je

Anónimo said...

Esta muy bien lo que dices pero, y más por estos parajes, te toman por tonto del culo minimamente... a parte de eso y ya más personalmente, no intento cambiar al mundo, solo pretendo que el mundo no me cambie a mí.

estilografic.blog said...

Y una novedad: que los Reyes se traen dos pandas de China, Eso sí, alqulados, que la pela es la pela (no la "pera" en chino, sino la peseta).

Lucía said...

Pues si, sólo que todos nos fijáramos un poco más es esas pequeñas cosas el mundo iría mejor.

Sólo que a veces es difícil no chillarle al que se te cruza con el coche o sonreirle al compañero pesado.

Aún así hay que intentarlo. Siempre.

Kim said...

Interesante reflexión. Es cierto que la felicidad está en las pequeñas cosas, y que deberíamos estar mucho más atentos a ellas.

Jano said...

Todos esos detalles que comentas sólo serían capaces de tenerse en cuenta si las personas fuésemos un poquito más inteligentes.

El problema es que no es que no sólo no queramos serlo, es que encima los gobernantes suelen ser en general un poco menos listos de la media.

::mer:: said...

ES buenisimo el pavo este, jeje. DE mayor quiero ser como el, jeje.

Bueno, ya falta menos para volver a miña terra galega!!!!

que morriña, por dios!

besotes

Joyce said...

Vivir y dejar vivir. Me quedo con eso.

tootels said...

DEJA HUECO A LOS DEMÁS Y TENDRÁS EL TUYO, Y MUY AGUSTITO... BICOS
NUNCA MAIS

Anónimo said...

Ay las pequeñas cosas, que grandes son ...

bicos!

Desesperada said...

bueno, os propongo que intentemos nosotros cambiar esas pequeñas cosas, a ver si conseguimos algo!

Jove Kovic said...

ommm, ommm,
rahma eh
ommm, ommm,
rahma eh
ommm, ommm...

Marcela said...

Estoy de acuerdo contigo, desesperada, si intentamos cambiar lo que esté de nuestra mano, seguro que mejoramos la vida de alguien. A por ello, que podemos, no hay que ser fatalista.

Anónimo said...

A estas horas ya poco queda por decir. Buenas noches.

fractal said...

Yo incluiría este post en todos los libros de texto de las escuelas.

Casi nunca deberíamos juzgar al otro.
Y sí, vive y deja vivir sigue siendo una buena máxima. Mejor todavía si incluye el prestar atención a lo cotidiano.

Un abrazo, y celebro leer estas refelxiones tan acertadas.
En breve te veo revisando tu nick...

Elena Casero said...

Es tan difícil llevarlo a cabo.

Vive y deja vivir. ´Muchos días me tengo que parar para conseguir que esas pequeñas cosas no me amarguen el día,

Un beso

Desesperada said...

bicos a todos! y gracias por el apoyo.

Anónimo said...

Una buena amiga me dijo hace ya muchos años que somos como pequeños barquitos abandonados a la deriva en un inmenso océano, y que debiéramos darnos por satisfechos con no naufragar ni chocar con el resto de los barquitos... vamos, pasar por la vida sin molestar ni ser molestados, conviviendo lo más armónicamente posible con nuestro cuerpo y con la naturaleza... pequeñas grandes cosas.

Bicos, bonita... y ya verás como es un bache en el camino.

Desesperada said...

pero de qué bache me hablas, ja ja ja ja? esta entrada es una reflexión, nada más, no estoy en ningún bache!

A través del velo said...

Yo creo que antes de empezar a cambiar las pequeñas cosas podemos intentar cambiar nosotros porque si no el cambio de lo externo a nosotros dura poco. Sólo puede ser perdurable en el tiempo si descubrimos internamente qué es lo que nos hace estar de malhumor, gritarle al conductor de al lado o ser agresiva con el compañero de oficina...porque si el cambio es sólo externo, no deja de ser una forma de represión de lo que surge espontáneamente.
Un besiño

Anónimo said...

Blair embajador de la PAZ...que no nos aburran las pequeñas cosa!