15 febrero 2007

El ataque del calamar gigante


Esta es la secuencia de caza de un calamar gigante de la especie Taningia danae, con ocho brazos y sin tentáculos. Usan destellos luminosos para atontar a sus presas. Quizá debería haber hecho este post ayer, día de los enamorados. Esta sucesión de imágenes, con ese calamar enrojecido, es el mejor ejemplo gráfico que he visto estos días del amor: te busco, te ilumino, te atonto, te cazo. Fíjate que, a veces, hasta te mato.

6 Comments:

Anónimo said...

Joer, es horroroso el bichito!!!!

Anónimo said...

sublime la frase final...no podías haber expresado mejor lo uqe ocurre en el amor...

Desesperada said...

mil gracias.

Goldfinger said...

Sublime, ¡oh dios! yo no lo hubiera explicado mejor.

Saludos

Anónimo said...

Pues cuando yo me enamoro sufro un proceso muy similar al de cualquier víctima de calamar:
- me encuentra ( no siempre me busca a mí, hay que decirlo)
- me quedo deslumbrado
- me quedo efectivamente, más tonto que de costumbre
- me dejo cazar al tiempo que una babilla de felicidad, se desliza entre la comisura de los labios
¿ Quién no ha pasado por esto alguna vez?...

Eeh¡ qué os veo venir y Aznar no cuenta.

Desesperada said...

ja ja ja ja jovecovik, vale, no admitimos aznar como calamar gigante, ja ja ja, y gracias, goldfinger!