Me siento súper marujona esta noche, pero es que la actualidad se ha vuelto rosa. Las portadas digitales de los periódicos hablan de la pseudo guerra civil de los palestinos, sí, pero justo al lado aparece la Pantoja y, en lugar igualmente privilegiado, Alejandro Sanz. Su mayordomo de Miami y su mujer han intentado chantajearle porque el cantante tuvo un hijo extramatrimonial y le amenazaron con contarlo a la prensa vía "exclusivazo". El caso es que Alejandro envió esta semana un comunicado a la prensa reconociendo esa paternidad y se libró de los chupópteros. Ni entro ni salgo a juzgar la vida de Alejandro Sanz. Sólo pienso que cómo se puede llegar a ser tan ruin de intentar conseguir dinero contando la vida de alguien de esa forma. ¿Realmente la vida de los demás tiene tanto interés? ¿Cómo es posible que programas como Salsa Rosa, Dónde estás corazón o el Tomate lideren sus franjas horarias? La gente va y cuenta que se acostó con fulanito, sin pruebas, sin nada que apoye la historia. Y, en todo caso, aunque hubiese pruebas, ¿a mí qué me importa con quién se acuesta cada uno?
16 diciembre 2006
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