10 julio 2007

El experimento Milgram

USA. 1960. Un joven psicólogo pone un anuncio en el periódico, pidiendo voluntarios para un experimento, a los que pagará 4 dólares. A cada voluntario lo empareja con otro y uno se convierte en profesor y otro en aprendiz. Después les pone en habitaciones separadas. El que tiene el rol de profesor debe hacer una pregunta al aprendiz. Si éste la falla, le castigará con una descarga eléctrica. Con cada respuesta errada, la descarga debe aumentar de intensidad. El psicólogo ha hecho probar al profesor la descarga de mínima potencia, para que sepa qué castigo infligirá al aprendiz. El psicólogo da instrucciones a los profesores. Les insta a aumentar las descargas ante los constantes fallos de los aprendices. Algunos voluntarios-profesores dudan, les aterra causar dolor. Pero el psicólogo les ordena que sigan. El 65% de los participantes lo hizo. A pesar de que ignoraban que todo era una farsa, ya que los aprendices no recibían las descargas, sino que las fingían. Eso no impidió a dos de cada tres voluntarios castigar al aprendiz con la máxima descarga. Sólo uno de cada tres se negó a hacerlo.

Es una de las historias reales que cuenta Eduard Punset en El alma está en el cerebro, su último libro. Y concluye que "El secreto para entregarse a la crueldad es desprenderse de la responsabilidad: libres del sentido de culpa, aparece el lado más oscuro de la naturaleza humana".

35 Comments:

mortero said...

hay que pensar que eran todos voluntarios a ningun aprediz le obligaban a estar allí eso también es un punto pero bueno se a donde quieres llegar lo de siempre "el hombre moderno es el eslabón perdido entre los monos y el ser humano" me encanta esta frase jajaja

Anónimo said...

No doy crédito!!! Mortero ha vuelto! Y deja piropo!!! plas plas plas

La entrada no la he leído aún, sorry, luego comento.

Bicos!

Anónimo said...

Si, ya conocía éste experimento, lo había leído hace tiempo por alguna página, no recuerdo cuál. Al principio te choca un poco, pero la verdad es que se puede llegar a entender (aunque no se comparta) por qué lo hacían, unos por crueldad, otros por no atreverse a negarse ya que si era un experimento, se supone que debían hacerlo y quizá alguno simplemente porque sí, así es como lo veo yo por lo menos, no creo que fuera por crueldad en todos los casos.

Ohdiosa said...

yo siempre me he preguntado ¿qué nos lleva a infligir dolor a los demás? a pegar, insultar, maltratar...

Shiba said...

Algo había o me había contado mi novio... se parece mucho a experimentos que estoy leyendo del libro "Inteligencia Social", donde se comprueba eso, que la falta de responsabilidad genera comportamientos primarios y horribles...

¡Muy bien lo del troll, por cierto!

Bicos.

Desesperada said...

el investigador trataba de demostrar que la voluntad, las órdenes, la autoridad, eran capaces de despertar esa crueldad. yo sí creo que se desató lo peor de esos hombres. lo que demuestra que casi todos, en determinadas condiciones, seríamos unos hijos de puta! bicos.

mortero! bienvenido! se te echaba de menos.

Desesperada said...

ay luci que no te había visto! queda mucho mejor así, la verdad, ja ja ja, el troll, digo! biquiños!

Anónimo said...

El sentirse superior, mejor que, con más valor que otro saca por una parte esa crueldad, porque te crees con derecho legitimo a hacerlo. Por otro lado también solemos ser unos cálidos hijos de puta en situaciones extremas. Ahi no hay ni dioses, ni paises, ni familia que valga, la supervivencia unida con una largo periodo en ese estado termina por sacar las malas bestias que llevamos dentro.

Feingeschliffen said...

we do what we're told
we do what we're told
we do what we're told
told to do.

We do what we're told (Milgram's 37). Peter Gabriel; 1986

Desesperada said...

vaya, feinge! acabo de flipar.

Anónimo said...

Conocia el experimento, una vez lo conte en una entrada, pero en el mio alguno hasta infringia descargas mortales, ¿no?

Deberían hacer más experimentos de estos fingidos, seguramente daríamos crédito total a la cita de Littell, esa que te gusta: "Las calles estan llenas de psicópatas y sádicos, pero son inofensivos. El peligro real está en la gente normal!

Salud, gran post!

Viguetana said...

Esto me recuerda una película alemana que vi hace años (en aquella filmoteca de Terrassa, por cierto): Das Experiment (Oliver Hirschbiegel, 2001).
Está basada en hechos reales y resulta brutalmente escalofriante. También se trataba de un estudio científico sobre la violencia. En una cárcel simulada se metían personas de la calle: unas hacían de presos y otras, de guardianes.
Muy recomendable pero no apta para espíritus sensibles.
Si tenéis interés por saber más, os pongo un enlace: http://www.cinenganos.com/pelicula/DasExperiment/

miriño said...

Se sale el Punset, eh?

Estoy también con ese libro... y la verdad, voy leyendo muy poco a poco... no vaya a ser que se acabe...

:p

Pd. Y bueno, sí, somos unos hijos de puta con patas... lo demostramos todos los días...

Mariano Zurdo said...

Tanto el experimento que cuenta Desesperada, como el que cuenta Viguetana (aún más atroz y que hubo que suspender porque se estaba llegando a unos niveles de vejación y de agresión física intolerables) corresponden a una etapa de la psicología norteamericana en el que se intentó estudiar la conducta humana en situación de laboratorio pero intentando mantener el valor ecológico de las pruebas, es decir, que se asemejara lo más posible a condiciones normales de la vida real. Son experimentos impactantes que han dado lugar a mucha bibliografía, a no pocas teorías y, como se ha visto, a alguna que otra película. Pero no hay que olvidar que hubo una gran manipulación de las condiciones ambientales y no menos de las condiciones personales. Como anécdota pseudociéntífica, como historia de lo que no se puede hacer en los laboratorios no está mal. Pero yo no sacaría de ahí más conclusiones de las imprescindibles. Sería poco menos como darle carta de credibilidad al concurso de Gran Hermano (y no es una ironía, porque aparte de Mercedes Milá, algún psicólogo contratado por el programa también intentó trascender al puro fenómeno televisivo).

Desesperada said...

gracias por la info, mariano!

miriño, a mí también me está fascinando el libro de punset, no siempre puedo ver redes, y ver así, todos juntitos, a los invitados del programa, bueno, mejor dicho, leer sobre ellos, es la leche!

Orestes (Ex Al) said...

El hombre es un lobo para otro hombre. No se quien lo dijo pero me suena a frase del imperio romano, aquel de los nerones y los calígulas."Homo hominis, lupus est".
Y lo es en la realidad y en el experimento.
El torturador, porque el que acepta ser profe y dar las descargas electricas no es más que un torturador en potencia, tiene conciencia de ello, por eso su canducta es deleznable.
Lo malo del caso es que aqui se trata de una fcción, pero a lo largo de mi vida he tenido oportunidad de conocer situaciones similares, pero reales, especialmente en el chile de pionochet. Allí las parrillas eran como las de San Lorenzo.
Un abrazo solidario con tus ideas e insolidario con el ejemplo de Punset

Viguetana said...

Estoy de acuerdo contigo, Mariano, pero también es cierto que en situaciones extremas -no necesariamente experimentales- las personas damos rienda suelta a nuestros instintos más básicos (y por desgracia, muchas veces, éstos resultan atroces y escalofriantes).
En cuanto a Punset, yo me he leído El camino a la felicidad. Me pareció entretenido pero como justo acababa de leerme Flow (Fluir) de Mihaly Csikszentmihalyi, me pareció flojito.
Si os gusta éste, me lo apunto.

estilografic.blog said...

Tengo el libro de Punset en la lista de espera de las lecturas para las vacaciones de verano, así que creo que lo voy a adelantar al primer puesto después del post y los comentarios.

¿Conocéis por cierto su blog?: http://www.eduardpunset.es/blog/

Anónimo said...

¡qué bestias somos!
y nos llamamos humanos.


Voy a apuntar el libro de Punset en esta interminable lista de libros.

Joyce said...

La crueldad humana no tiene límites.

Isabel Burriel said...

Yo estudié eso en la carrera y me parecía pasmoso. Pero hay tantos fenómenos de la mente que me parecen pasomosos por lo manipulables que pueden llegar a ser...
A veces, no somos más que un cuerpo movido a voluntad de otros.

Gubia said...

A veces los humanos somos un cúmulo de sorpresas y nuestra capacidad para causar dolor no tiene límites en muchos casos. Y lo peor de todo es que nos resulta indiferente, que pena.
Gracias por la visita.Un abrazo.

Lucía said...

No conocía este experimento.
Me recuerda un corto de Koldo Serra que trataba un tema semejante ;"El tren de la bruja".

Anónimo said...

Je, je... tengo el video en donde sale el experimento, salió en un episodio de Redes y la verdad es que las caras que ponían los sujetos no tenían precio. Hubo quien atenuaba completamente su empatía en aquél entorno (pues lo suponía perfectamente controlado por los expertos: este tipo de personas son volubles y fáciles de convencer: creen cualquier cosa que un científico o un noticiario les diga: no tienen capacidad crítica). El segundo tipo de personas era el que a pesar del contexto permanecían firmes en sus valores e ideas: esta gente era la que más capacidad crítica demostraba. Un saludo.

wen- said...

yo no se, ya no me sorprende nada. Se ve que estoy tan desencantada con nuestra especie que psssst.

Jove Kovic said...

La crueldad de estas actividades me aterra, y me deja sin palabras, pero le niego la categoría de actividad científica.
No flipo con Herr Feingeschliffen, por la sencilla de razón de conocer su saber casi enciclopédico, desde hace quince años más o menos.

Desesperada said...

hola!!!! no penséis que he abandonado el país tras la apertura de ponte rojo, je je je. entre el curro, la piscina y la playa una no da para más!!!!! pero me ha parecido interesante el modo de analizar este supuesto experimento por parte de todos. la bondad natural de algunos se deja ver, mientras los que apenas tenemos esperanza en la raza humana no lo disimulamos nadita!!!!

Anónimo said...

Crei que era la única loca que aun habia despierta, jajajaja

Pablo González said...

Hola, creo que llego un poco tarde al debate. Sólo quería aportar que ese experimento, con todos sus defectos fue bastante correcto en cuanto a metodología empleada, control de variables, etc. Quería explicar el comportamiento de la población alemana en la 2º Guerra Mundial, cuando, sabiendo que los condenaban a muerte, se denunciaban unos a otros.

La influencia del poder en nuestras vidas es mayor del que pensamos. Actualmente, se puede ver en la desesperación de la Iglesia por controlar la moral personal y las conciencias por su pánico ante la nueva asignatura. El simple hecho de que no tenga poder absoluto sobre determinados temas le hace perder influencia.

Hay un dato interesante sobre el experimento: cuanto más contacto físico había entre torturador y torturado, menor influencia del poderoso (menor obediencia). Para pensar sobre la comunicación 2.0.

Pd.: tus fans tenemos mono. Menos playa y más posts.

rosquilleta said...

tienes unas fotos preciosas. Y tus perras... que maravilla. me quedo con mila.

besitos.

Anónimo said...

Menuda manera de empezar el día, me le vanto, tomo un zumo y leo tu entrada...estos experimentos me dejan mal cuerpo...

Desesperada said...

pablo, yo también creo que fue un experimento interesante y necesario. yo he aprendido algo leyendo los resultados.

rosquilleta, muchísimas gracias! la verdad es que mis perras son lo que más quiero del mundo, je je je. gracias por pasarte, te veo mucho en el blog del hispano!

isaías, qué tal por london?

SallanWorld said...

We do what we're told
We do what we're told
We do what we're told
Told to do

Anónimo said...

Me encantan los experimentos que tenemos que hacer los psicólogos. Yo he pasado por ellos. Son grandes, muy grandes xD

Jano said...

Los psicólogos sacan cosas muy curiosas... ;)