29 octubre 2006

Vivir del campo

Dice hoy La Voz: un ganadero gallego recibe la mitad de ayudas que uno francés. Salvando las distancias económicas entre países, lo cierto es que no es extraño que el campo gallego esté siendo abandonado. Quienes se dedican a la agricultura o ganadería en esta tierra subsisten a duras penas, trabajando larguísimas jornadas, ganando una miseria y, evidentemente, sin acceso a mano de obra que les eche una mano, ya que nadie quiere trabajar en el campo. No lo entiendo. Es decir, lo entiendo porque son condiciones duras. Pero más duro me parece limpiar la casa de otro, y lo hacen miles de mujeres cada día. Trabajar en el campo debería ser una opción de vida, en vez de ser una obligación para quienes la han heredado de sus padres. Hace diez años, Andalucía ya era una potencia agrícola, con invernaderos industriales, investigación avanzada... Y aquí seguimos con minifundios en los que, a veces, ni siquiera puede entrar un tractor. Este localismo gallego me preocupa enormemente. Tenemos tres aeropuertos y tres universidades en una franja de menos de 150 kilómetros lineales. En ninguna otra comunidad autónoma española sucede esto. Y claro, así nos va.

3 Comments:

gatta rosa said...

Pues sí... Es horrible la diferencia que hay entre un lugar y otro.. Creo que vivir del campo se ha convertido en una odisea.

Desesperada said...

Además, lo triste es que parece que hoy en día sólo tenemos opciones los que vivimos en ciudades, hemos estudiado... ¿por qué? Una adecuada gestión del campo permitiría generar trabajo y riqueza, pero en Galicia esto es difícil...

Anónimo said...

Pero yo creo que el problema reside en los productos que importamos. Al traerlos de fuera, más baratos el campo se hunde. Yo creo que en vez de importar y exportar, debería existir todavía el trueque entre paises para este tipo de productos. Utópica idea, pero ideas es lo que necesitamos. ¿O no?. Saludos...