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Esta semana han sucedido en Vigo dos cosas para mí bochornosas que, sin embargo, seguramente pasaron desapercibidas para la mayoría de los ciudadanos de tan comunes que se están volviendo. Una fue la inauguración de un nuevo centro comercial en la ciudad, con el consiguiente despliegue mediático. Vivir en una ciudad de provincias tiene cosas como esta, se inaugura un almacén de tiendas y el alcalde sonríe cortando la cinta. Pero lo peor fue leer la prensa al día siguiente. La confusión entre información y publicidad era tan aberrante y descarada que, tras la página supuestamente informativa, en la siguiente aparecía a plana completa la publicidad del establecimiento que tanto elogiaba el periodista. Como lectora, semejante comportamiento me violenta. Como viguesa, me violenta aún más vivir en una ciudad gobernada por personajes que se pelean como verduleras en un pleno, como sucedió el lunes pasado, lanzándose acusaciones de un nivel tan alto como este: "Fue nombrada a dedo, usted sabrá por qué". La frase se la lanzó un concejal popular a la edil no electa del PSOE responsable del área de Urbanismo, de quien se rumorea que es algo más que amiga del alcalde, como le pasa a todas las mujeres que alcanzan puestos notorios. No se crean que sólo el PP tiene en Vigo ese elevado nivel. Hoy el portavoz del PSOE, Carlos Font, ha amenazado al PP con quitarle parte de las dependencias municipales que les cedió al comenzar la legislatura, en respuesta a sus críticas sobre la vergonzosa presentación de la candidatura socialista a las elecciones generales, que Abel Caballero hizo en plena Alcaldía.