12 mayo 2007

Volando vengo


Foto: Jose Lores (Faro de Vigo)

Carlos Cristos es médico. En la foto, es el de la mayor sonrisa. Hace siete años le diagnosticaron una enfermedad degenerativa que le postró en cama. Todo comenzó con pequeños desfases al hablar, su mujer, Carmen, no entendía lo que decía, y llegó a ir al médico creyendo que era ella la que tenía un problema. Pero no. Era Carlos, que se hundía lentamente en una enfermedad muy oscura. Los médicos calcularon que viviría unos cinco años. Lleva siete dando guerra. El jueves presentó en los cines Gran Vía de Vigo un documental, Las alas de la vida, que cuenta su experiencia en estos años. Carlos no sólo no se ha hundido, sino que, como dicen quienes le conocen, sigue siendo el mismo gamberro que era antes de enfermar. Sus ganas de vivir, de hacer cosas, de dejar volar su imaginación, contagian a su familia, porque él es quien les obliga a sonreír. Las alas de la vida se exhibe, con mucha dificultad, en cines de toda España. Sólo hay ocho copias circulando, pero si tenéis la oportunidad, no dejéis de verla. El jueves fue la primera vez que Carlos Cristos asistió a uno de los preestrenos. Pero era en su ciudad natal.

Hay quien hace paralelismos entre Carlos y Ramón Sampedro. Pero apenas los hay. Carlos ha decidido vivir, apurar el tiempo que le queda con todas sus fuerzas. Se ha convertido en inventor de aparatos que mejoran la vida de los 800 enfermos que hay en todo el mundo con su mismo mal, la atrofia sistémica múltiple, mientras que Ramón escogió morir. Carlos era un tipo que hacía ala delta, que estaba en todas las gamberradas y que de golpe debe vivir en una cama, sin apenas hablar. ¿Cómo lo asumiría yo? Espero no saberlo nunca, quizá yo no tuviese tantas ganas de vivir.

12 Comments:

Anónimo said...

Sublime el título del post obviando el "Volando voy"; sublime!!! ...

En cuanto a este hombre, pues bueno, eso te lo dicen las entrañas, unos escogen morir, otros vivir. La magia de los extremos supongo...

Las comparaciones siempre son odiosas, tienen razón, pero, son cojonudas vaya...

Bicos!

pd. ¿Vas al cumple?

Desesperada said...

pues no sé, tú vas? ayer me los encontré cenando y aunque tengo que currar un rato no sé, mr maiden no puede, tiene que currar, pero si te animas tú te puedo recoger antes, tomamos unas cañas nosotros y cotilleamos, y luego nos pasamos a saludar a las nueve y a las diez nos largamos. qué te parece?

Mariano Zurdo said...

Siento meterme en la conversación para la quedada, que mi mamá me dijo que no me metiera nunca en conversaciones de mayores...XD
Yo es que no soy siquiera capaz de pensar cómo reaccionaría. Creo que es como hacer ida y vuelta la caída a los abismos, y con tanta aceleración las vísceras responden como pueden.
Desde luego da que pensar reacciones tan contrapuestas.

Anónimo said...

Es magnífico que haya elegido vivir, pero para los que tienen otra opción no podemos permitir que se les torture con argumentos pseudomorales y burocráticos.
Todo el mundo debe verse amparado en su elección, si está en condiciones de discernir las consecuencias de las acciones que emprenda.

Desesperada said...

jove, desde luego, yo estoy completamente a favor de la eutanasia, por eso me admira este caso, un hombre que decide vivir, a pesar de todo, no sé. yo no creo que pudiese hacerlo.

Anónimo said...

Yo tambien estoy a favor de la Eutanasia, y creo que este hombre está viviendo más de lo pronosticado por su espiritu.
En cuanto a las comparaciones con Ramon Sanpedro, son totalmente absurdas, porque no se pueden comparar dos cosas totalmente distintas. De todas formas, este médico ha luchado toda su vida contra la muerte, sería triste que dejase que la muerte le ganase la última batalla fácilmente, por eso no me sorprende su actitud.

Anónimo said...

Yo soy pro-eutanasia, pero admiro tanto a esta gente que no puedo más que quitarme el sombrero.
Mi primer pensamiento es que creo que me volvería loca si me pasase algo así, pero analizándolo bien tal vez tuviera fuerzas para tirar, por aquello del que no puede nada ni nadie conmigo(recuerdas?).Una es como es y no puede luchar contra ello.

Desesperada said...

xito, es cierto que este hombre está viviendo más por su espíritu... pero no creo que por ser médico, sino porque era y es alguien muy muy fuerte! un bico

vitruvia, a mí me pasa como a ti, no sé cómo reaccionaría, quizá me hundiese... o quizá como tú dices sacase esa fuerza tremenda y me plantease luchar hasta el final. no lo sé. y, sinceramente, espero no verme nunca en esa situación! y tampoco a ti! muchos bicos guapa!

Anónimo said...

Yo no quería decir que el ser médico automáticamente le diese fuerza a su espíritu; mi idea se acercaba más a que al haber practicado la medicina, habrá visto cosas que posiblemente hayan determinado parcialmente su manera de ver la vida y la muerte, y ello quizá, y sólo quizá, le haya ayudado a seguir adelante.
Nuestras experiencias marcan irremediablemente nuestro espíritu, y nuestro empleo marca un papel importante en nuestras experiencias. No se si me he explicado bien en esta ocasión. Bicos!!

Anónimo said...

Yo seguro que me hundiría. No sé si tendría tantas ganas de vivir.
Saludos.

Desesperada said...

ah vale xito, te había entendido yo mal, más bicos!

kurtz, a mí me pasaría como a ti, estoy casi segura, pero me queda una pequeña duda!

Anónimo said...

Yo no he visto la peli (aún)pero un amigo estuvo en ese estreno en Vigo y, como además es amigo personal de Carlos, estuvo haciéndole algunas fotografías y en su casa familiar, y me dijo que la peli es una auténtica maravilla porque aunque el tema podría hacerse ñoño y sentimentaloide consiguen que no sea así. En su opinión (la de mi amigo) si en vez de ser un documental español fuera americano o británico en vez de 8 copias habría 800 por toda España y su calidad y un poco de marketing haría el resto para que no fuera un documental cualquiera luchando por sobrevivir... como su protagonista.

Sobre lo de la eutanasia. Soy favorable a su legalización pero sobre si yo sería capaz o no de pedirla para mi... o para un familiar directo... tendría que verme en la situación. Creo que pueden influir factores diversos: el dolor o su ausencia en función de la enfermedad que padezcas, las posibilidades que los miembros de la familia tengan a la hora de llevar la carga (no sólo económica ¿eh?) que un enfermo terminal supone, el ánimo con que uno es capaz de sobreponerse a la enfermedad (que en este caso que nos atañe es inconmensurable) ...etc.

¡Hasta luego!