27 mayo 2007

Parir, qué dilema

Aunque no voy a tener hijos, si quisiese tenerlos debería asumir que el parto no respetaría las leyes biológicas, sino las médicas. Es decir, me tumbarían en una camilla abierta de patas, a pesar de que el cuerpo femenino tiende instintivamente a ponerse en cuclillas para facilitar el nacimiento. Además, podría ser una de esas cada cuatro mujeres que son sometidas a cesárea, o asistir impotente a un injustificado rajamiento vaginal para hacer más cómoda la tarea al médico, que no a la parturienta. Las cosas están llegando a tal punto de antinaturaleza que la mismísima Organización Mundial de la Salud recomienda potenciar el parto natural. Según cuenta La Voz de Galicia, en Cataluña hay ya siete hospitales que ofrecen el parto natural, algo que por supuesto en el norte de Europa se ofrece en todos. Inglaterra ofrecerá desde 2009 a todas las mujeres la posibilidad de parir en casa (yo esto no lo veo tan claro). La Xunta de Galicia empezará a potenciar los partos naturales en sus hospitales muy pronto.


Por fin, en el siglo XXI, se ha decidido facilitar el parto a la mujer. No está mal.

17 Comments:

Anónimo said...

Vaya, no tenía ni idea... joer!!!

No sé que decir, por los dolores inimaginables claro, pero apoyo el parto natural claro...

bicos!

Desesperada said...

pero el parto natural no tiene por qué ser doloroso! la epidural se utiliza, por ejemplo. es más que nada respetar la naturaleza! bicos.

Casshern25 said...

yo lo que no entiendo es porque no hacen lo mismo para el parto en los hombres ¿no somos iguales? por la paridad!

es que vengo de votar y claro... se nota... hay hombres que no saben leer pero llevan pegatinas por todo el cuerpo del partido pancartero... es tan bonito todo... en fin voy a ver como se la estampa alguien en Monaco y asi a lo mejor hay un cambio de voto en Valencia.

Desesperada said...

ja ja ja ja casshern, qué ácido eres! no seas malévolo! ja ja ja a

Anónimo said...

Un día de estos, cuando me sienta psicológicamente preparada para afrontar de nuevo semejante trauma en mi vida, contaré mi experiencia paridora en el Xeral cuando nació mi mediana.
Pero ya aviso, pertenece al género de terror.

xito said...

Pues sí, ya leí hace tiempo que el numero de cesáreas había aumentado alarmantemente, y que se pretendían tomar medidas para reducirlo, por el mayor periodo de convalecencia que conlleva. Pero me extraña que las cesáreas pretendan facilitar sólo la taréa del médico; si algo no es necesario u beneficioso para el paciente, es raro que se haga, vamos que son complicaciones inútiles.

Anónimo said...

Bonito tema...para variar. Comienzo con afirmaciones tajantes (y no va por lo del bisturí ¿eh?):

- La mal llamada "mesa de cirugía obstétrica" (digo mal llamada porque debería ser algo así como "potro de tortura de parturientas") y todo lo que ella conlleva (sujetapiernas, etc. etc.) está pensado no tanto para el bien de la paciente cuanto para la comodidad de quien trabaja. De esta manera, mientras la presunta "protagonista" del día tiene que trepar (en medio de contracciones, dolores y demás incomodidades propias del momento) por medio de unos "cómodos" peldaños a una estructura "medieval" el/la "matrona" sólo ha de colocarse frente al "canal del parto" para trabajar con comodidad. Bueno, ha de estar de pie... y eso puede suponer ciertos problemas... así que a ver si inventan algo para que pueda trabajar cómodamente sentada ... digo yo, vamos.

- La elección de, cada vez más, la cesárea viene dada por algo tan sencillo como la estadística... y por partida doble:
a)Por un lado, y ya que tenemos una población que envejece a pasos agigantados, hay que incrementar el éxito de los embarazos al máximo. Si con un parto natural y/o "normal" la menor complicación puede desembocar en la defunción durante el parto de un bebé, con la cesarea evitamos hasta un 90 % de esa pérdida de material humano... aunque sea a costa de escarallar un poco la máquina de parir (la madre).

b) Por otra parte, estamos tan poco acostumbrados a que un embarazo que llega a término acabe mal (o sea, muriendo el bebé justo antes, durante o justo después de nacer) que un incremento de las cifras de mortalidad infantil (o de dolencias provocadas por una "técnica errónea" durante el parto) puede provocar demandas por negligencia médica, sobre todo ahora que se está produciendo un repunte en lo que yo denomino la "judicialización de la vida cotidiana", que pueden llegar a ser muy costosas para la administración sanitaria.

Los servicios de salud, con el aumento del número de cesáreas, garantizan por un lado el sostenimiento de la tasa de natalidad y por otro evitan costes judiciales y/o sanitarios futuros. Como ejemplo: un conocido mío ganó un juicio a una clínica privada de Vigo por una negligencia durante el parto y le sacó unos cuantos "kilos" (aunque ni con todos esos millones de las antiguas pesetas podrá jamás su hijo tener una perfecta movilidad de una parte de su anatomía perdida por una mala praxis hospitalaria)

El tema es muy complicado, porque supone enfrentar los criterios médicos con los económicos y los "humanitarios". Comprendo que el bienestar de la madre y del bebé deberían ser la preocupación fundamental de todo el sistema, pero hay demasiados elementos a tener en cuenta y en demasiado poco tiempo... lo que suele durar un parto (y cualquier intervención quirúrgica) requiere decisiones casi instantáneas.

No sé si habré ayudado a aclarar algo o si, por el contrario lo he liado más... en fin, soy como soy.

mgqseaml said...

No está mal no, aunque espero que a mi no me pillen en esas.
Un saludo

Anónimo said...

¡¡Cuanta razón tiene Banderas!!
Es horrible cambiarte de camilla cuando tienes la tripa hasta la barbilla y unos dolores de morirte.
Pero hay una cosa en la que no está puesto. En mis partos la matrona sí estaba sentada. ¿Cómo no?, no vaya a ser que se canse la mujer.
En fin...

Belén said...

Yo no se si sere madre o no, solo se que el pato es mio y se hara a mi manera, parto natural.... si realmente quiero tener un hijo, no tiene porque salir mal...

Besos!

ekilore said...

tengo una amiga que es madre de dos niñas preciosas que las tuvo en casa.

en el parto, estuvieron con ella una matrona y varias amigas que también habían tenido sus bebés en casa.

mi amiga me contó que después de haber tenido su primera hija así y después de que mucha gente se hubiese llevado las manos a la cabeza por elegir un método tan peligroso, no tuvo ninguna duda de que había optado por lo mejor.

el parto natural resultó muy adecuado teniendo en cuenta que el embarazo había sido normal y sin complicaciones.

además, la postura resultaba más idonea que la de los hospitales que para nada facilita el camino al bebé sino que le hace el trabajo más fácil a la matrona.

por otra parte, en casa disfrutó de un ambiente más relajado y familiar y gracias a los consejos recibidos durante el embarazo por sus amigas, no tuvo desgarros.

su segunda hija nació en las mismas condiciones y os aseguro que ambas están sanísimas.

saludos :)

Desesperada said...

banderas, muy ilustrativo, como siempre.

parir debería ser un momento feliz, dentro del estrés que provoca el dolor. por eso creo que cada mujer debería poder elegir. la que prefiera un hospital, tumbada y rajamiento, que pueda tenerlo, pero la que no, que no. o sea, lo que pido es el derecho a elegir!

me gusta lo que cuentas, ekilore. yo también creo que debe ser chulo parir en casa, pero eso es algo que nunca sabré, je je je.

Marcos said...

Una alternativa, conocida mundialmente por cierto, es la Clínica Acuario (http://www.acuario.org/).

Échale un vistazo... aunque no quieras parir :D

Anónimo said...

Vaya, interesante tema, e interesantísimas opiniones.
Yo en mis partos he tenido de todo de todo de todo; rajamientos innecesarios, ginecóloga enfadada con las enfermeras porque el niño había nacido antes de que ella llegara (y por lo tanto no había podido rajar ni cobrar), el potro ese de tortura que me he tenido que reir al leer la descripción... y sobre todo, he tenido un parto bajo el agua que os puedo garantizar que ha sido lo más bonito que he tenido en mi vida (bueno, bonito lo veo ahora, mientras estaba allí hubiera matado a alguien por poderme ir, claro)

Y de toda mi experiencia paridora/lactante, mi s conclusiones son las de siempre: la vida es un negocio, y de todo hay alguien capaz de sacar dinero. Una parturienta no es un paciente, es un cliente o un número, de ahí la industrialización de los elementos de ayuda al parto.

Y la lactancia materna no da dinero (menos a los fabricantes de compresas de leche, sujetadores, etc), y lo que realmente interesa es que la gente la abandone o simplemente no lo intente, porque el negocio de la leche en polvo da mucho más, donde va a parar, que una mujer que da el pecho.

Podría yo contar durante horas y horas sobre esto, para reir, o para llorar... Y me quedo con mucho en el tintero, para no aburrir. Pero es que todo en la vida lo quieren convertir en un negocio, y la gente, en masa, se presta gentilmente a ello y sin darse ni cuenta.
Triste.

Saludos, Desperate!

Desesperada said...

hola c.o.v. acabo de flipar con lo de tu parto bajo el agua! ¿no nos puedes contar más?, porfaplís!

Anónimo said...

Intentarelo si alguna vez encuentro tiempo (prometo buscar debajo de las alfombras, a ver si hay unas miguitas de segundo por allí reliadas entre la pelusa y el polvo...)

Pero si tardo, me lo recuerdas, que yo soy de las que o escriben las cosas en el momento, o se caducan y ya no las escribo...

Saludos!

viagra online said...

Tienes razon en los hospitales no dejan que el parto ocurra como tiene que ocurrir